INDÍGENAS DE EL SALVADOR RECUERDAN LA MATANZA DE 1932 Y CLAMAN POR JUSTICIA

Las ruinas de la iglesia La Asunción, conocidas como El Llanito, del municipio de Izalco, fueron el escenario donde se concentraron al menos 100 indígenas de cinco localidades golpeadas por la represión de Hernández Martínez.

INDÍGENAS DE EL SALVADOR RECUERDAN LA MATANZA DE 1932 Y CLAMAN POR JUSTICIA

Con una ceremonia ancestral y un grito unificado exigiendo justicia, miembros de los pueblos originarios del occidente de El Salvador recuerdan hoy a las miles de víctimas de la masacre indígena y campesina de 1932, perpetrada por órdenes del dictador Maximiliano Hernández Martínez.

Las ruinas de la iglesia La Asunción, conocidas como El Llanito, del municipio de Izalco, fueron el escenario donde se concentraron al menos 100 indígenas de cinco localidades golpeadas por la represión de Hernández Martínez. En este lugar, donde fueron enterrados la gran mayoría de indígenas asesinados, los asistentes adoraron a la madre tierra, al viento y al sol, y recordaron la memoria de los caídos, quienes se opusieron al robo de sus tierras y defendieron la dignidad de sus familias.

La matanza se dio tras una insurrección popular, encabezada por indígenas y campesinos, suscitada en rechazo a una reforma que los despojó de sus tierras comunales y a un fraude electoral. Margarita Guillén, miembro de la Alcaldía del Común de Izalco y asistente a la actividad, explicó a una agencia internacional de noticias que conmemorar esta fecha significa "no olvidar de dónde" vienen y "recordarle a toda la sociedad" que su "lucha continúa en medio de tanta adversidad".

 

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