Niño sicario se ganó la confianza de su víctima en San Miguel

 

Lo ejecutó a sangre fría y después regresó a la escena como un curioso.

Esa mañana, todo era normal en la casa de José Adán Melgar en la colonia Las Unidas de San Miguel, cerca de su la vivienda llegaron unos niños para cortar mangos. El hombre vio a los pequeños visitantes.

En unos instantes los menores, subieron a un frondoso árbol de mango. Arriba en las ramas se escuchaban gritos de emoción, mientras los mangos comenzaron a caer. Las sacudidas de las ramas, provocaban una lluvia de mangos.

Abajo, todo sigue normal. Hasta que llegó un nuevo visitante. Un niño de aproximadamente 15 años, en vez de correr a recoger mangos, se dirigió al interior de la vivienda. La música norteña, no dejaba escuchar la plática entre el niño extraño y el adulto.

El niño extraño, sale de la vivienda por unos segundos de repente.... el niño extraño, cambia. Camina rápido, camina como “robot”. Entra a la vivienda y de repente. Estalla un disparo. Retumba otro y otro. Parece que el sicario nunca se va a detener de disparar.

Luego la tensa calma. Se escucha que tiran cosas al interior de la casa, como si buscara algo, buscan y buscan de la oscura casa, sale el niño “robot” y se escapa del lugar.

Los pandilleros esperaron que sonaran los balazos y después corrieron, por todas direcciones.

De pronto los gritos, alguien agarró valor y entraron a buscar a Don José, lo encontraron vomitando sangre, moribundo.

Aparece el caos y los gritos, piden ayuda, un carro, una ambulancia, piden auxilio por el hombre herido de muerte. De repente Don José dejó de respirar. Terminó todo en unos segundos.

Una patrulla, llegó al lugar y comenzaron a poner cintas amarillas, en la entrada de la casa.

Los niños cortadores de mangos, se desaparecieron. Sólo queda la música, que nadie apagó. Nadie quiere tocar nada de la casa.

Aparecen más patrullas en la zona y los agentes comienzan a preguntar y a intervenir a los presentes, la investigación ha comenzado.

Adentro de la casa, los técnicos forenses trabajan. Afuera decenas de curiosos y vecinos esperan que los forenses saquen a la víctima, Don José Muerto.

De repente, llega un nuevo curioso, el niño “robot”, el niño sicario ha llegado, su nueva misión es espiar, disfrazado de curioso. Los vecinos intentan avisar a la policía, pero se dan cuenta que otros pandilleros han llegado y se han confundido con los vecinos y curiosos.

Los forenses sacan a Don José dentro de una bolsa blanca. Un agente quita la cinta amarilla y las patrullas salen en caravana. El niño “robot”, el niño sicario se aleja, ante la mirada temerosa de los presentes.

El presente relato, fue elaborado en base a testimonios de varias personas, que por motivos de seguridad no brindaron sus nombres.

Los angustiados residentes, piden que la policía y el ejército, instale una base en la colonia para detener a los pandilleros de la MS, que han llegado a la colonia en los últimos días y han ocupado por la fuerza, varias viviendas en el sector.