CENTA evalúa frijol rojo y negro tolerante a alta temperatura, sequía y con buen rendimiento

Después de la realización de ensayos regionales para la adaptación y rendimiento de materiales genéticos de frijol, el Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal “Enrique Álvarez Córdova” (CENTA) a través del Programa de Granos Básicos, incrementan  dos líneas promisorias de frijol común SER-322 y BRT 943-20 para ser validada el próximo agosto con familias productoras a nivel nacional.

De acuerdo al Ing. Rolando Ventura, técnico del Subprograma de Frijol, se busca que los materiales tengan la capacidad de tolerar  altas temperaturas, sequía y que sea de buen potencial de rendimiento.

“La línea de frijol SER-322 es de grano rojo con buen potencial,  puede ser sembrado en relevo con maíz o monocultivo y con el atributo de tolerancia a la sequía, en cambio, el BRT 943-20 es de grano color negro brillante y con tolerancia para condiciones de alta temperatura”, explicó.

Juan Ramón Parada, encargado del área de Seguimiento y Evaluación, manifestó que las líneas han sido establecidas en las Estaciones Experimentales de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA) y en CENTA San Andrés, La Libertad.

“Se tiene en campo más de 1 hectárea y en agosto se realizarán ensayos de validación junto a los productores, además cuando se obtenga la semilla genética se iniciaría a multiplicar y hacerla certificada para luego ser liberada y  ponerla a disposición de las familias salvadoreñas” comentó Parada.

Este es un proceso de investigación en la que inician con la identificación de problemas con los productores, planteamiento de soluciones, protocolos de investigación, validación en campos de productores y culminan con la liberación del material genético en estudio.

Estas dos ofertas tecnológicas serán generadas por el CENTA, a través del Programa de Granos Básicos, y estará disponible a finales de este año para centenares de agricultores, siendo el objetivo de la institución contribuir al incremento de la producción y productividad de los sistemas de producción mediante la generación de tecnologías sostenibles que garanticen la seguridad y soberanía alimentaria ante los efectos del cambio climático.