Ignacio ‘N’, originario de Honduras, instaló su casa de campaña en la explanada del refugio, en donde al igual que sus compatriotas ayer lo encontramos intentando secar su techo y cobijas.
“Todo se mojó, pero lo bueno que hay cemento y no dañan tanto las cosas. Ahora no sé qué más tendremos que hacer para no mojarnos”, dijo.
Para amortiguar la situación, las autoridades del refugio instalaron una carpa tratar de cubrir la mayor parte de las casas de campaña que se encuentran en la intemperie, lo que produjo el hacinamiento en ese espacio.
Por su parte, los migrantes salieron a la calle a conseguir tarimas para no estar al ras de los encharcamientos.
En el espacio techado se encuentran aproximadamente 170 familias, algunas de ellas duermen en casas de campaña y otras en colchonetas, quienes han mejorado su salud.
Ahí se han implementado la mayor parte de las actividades educativas y esparcimiento para que los menores de edad se mantengan ocupados.