La niña de 11 años, Miah Cerrillo, quien sobrevivió a la masacre en la escuela primaria Robb, en Uvalde, Texas, describió ayer miércoles en un testimonio en video para el Congreso cómo se cubrió con la sangre de un compañero muerto para evitar ser baleada y “me quedé quieta”.
La estudiante de cuarto grado dijo a los legisladores que ella vio cómo una maestra fue baleada en la cabeza antes de buscar un sitio para ocultarse.
“Yo pensé que él iba a regresar, así que me cubrí con sangre”, le dijo Miah a una comisión legislativa. “Me la puse y me quedé quieta”. Miah llamó al número de emergencias 911 usando el celular de la maestra muerta y pidió ayuda.
Diecinueve niños y dos maestras murieron a manos de Salvador Ramos, un joven de 18 años, que les disparó con un fusil tipo AR-15 dentro de la escuela el 24 de mayo.
El miércoles fue el segundo día en que los legisladores escuchan testimonio sobre la violencia con armas de fuego en el país. La víspera, una comisión del Senado escuchó al hijo de una mujer de 86 años muerta en un ataque racista en un supermercado de Buffalo, Nueva York, el 14 de mayo, donde murieron 10 personas.
En el video del miércoles, el padre de Miah, Miguel Cerrillo, le pregunta a su hija si ella se siente a salvo en la escuela. Miah niega con la cabeza.
“¿Por qué?”, le pregunta. “No quiero que pase de nuevo”.
El testimonio en la Comisión para la Supervisión y Reforma del Gobierno de la cámara baja se produjo en momentos en que los legisladores trabajan para un acuerdo bipartidista sobre medidas de seguridad a raíz de los más recientes tiroteos masivos.
La representante demócrata Carolyn Maloney, que preside la comisión, llamó a centrar la audiencia en el impacto humano de la violencia con armas de fuego y la urgencia de promulgar leyes de control de armas.
“Les pido a todos los miembros de esta comisión que escuchen con el corazón abierto a los valientes testigos que han venido a contar sus historias sobre cómo la violencia con armas de fuego ha impactado sus vidas”, dijo Maloney. “Nuestros testigos de hoy han sufrido dolor y pérdida. Pero están mostrando un coraje increíble al venir aquí a pedirnos que hagamos nuestro trabajo”.
Pero, aunque algunos legisladores derramaron lágrimas junto con los testigos, la audiencia evidenció el contencioso debate sobre el control de armas que el Congreso ha enfrentado tras tiroteos masivos. Varios republicanos trataron de cambiar la conversación hacia los individuos que abusan de las armas de fuego y para decir que “endurecer las escuelas” podría proteger a los estudiantes.