Como una muestra de apoyo a la administración del presidente Nayib Bukele, el Gobierno de Francia anunció la ejecución de la segunda fase del proyecto Construcción de Obras de Protección y Mejoramiento del Parque Arqueológico Joya de Cerén, declarado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en 1993.
El anuncio fue hecho por el embajador de Francia en El Salvador, François Bonet, y la ministra de Cultura, Suecy Callejas, quien agradeció el apoyo en nombre del presidente Bukele. “Francia es uno de los países aliados y el apoyo en cultura implica también no solo invertir en un patrimonio salvadoreño, sino en un Patrimonio de la Humanidad”, sostuvo Callejas, al tiempo que informó que las obras iniciarán el jueves y concluirán a finales de mayo de 2020.
Por su parte, el embajador Bonet indicó que las obras en el Parque Arqueológico Joya de Cerén son una muestra de apoyo al Gobierno de este país. “Claramente a sus esfuerzos para promover la cultura y, más precisamente, para promover el patrimonio, que es una cosa muy importante para el Gobierno de Francia”, añadió Bonet.
Asimismo, el diplomático francés señaló que Joya de Cerén es uno de “los proyectos faros de cooperación bilateral por el monto de casi un millón de dólares invertidos en todo este proyecto, pero más allá de la dimensión financiera por la dimensión simbólica es muy importante para la identidad” de El Salvador.
La funcionaria aclaró que los trabajos contemplan la investigación y estabilización de taludes de ceniza, la construcción de cubiertas autoportantes (capaces de soportar todo el peso del apilamiento) para los complejos arqueológicos 1, 2 y 3 del sitio, rehabilitación del museo y la mejora de infraestructura de cafetería, baños y plazas.
El proyecto tiene un monto de un millón 340 mil dólares provenientes del Comité Bilateral de Canje de Deuda Franco-Salvadoreño, que aporta 900 mil, mientras que el Gobierno de El Salvador aporta 440 mil dólares.
Joya de Cerén fue sepultada por las cenizas del volcán Loma Caldera alrededor del año 650 d. C, las cuales preservaron el sitio y han permitido conocer la forma de vida de la aldea maya: rituales, agricultura, comercio, administración del espacio, organización ciudadana y hábitos alimenticios.