Papa Francisco: «En esta noche, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús»

Papa Francisco: «En esta noche, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús»

En una misa de Nochebuena marcada por la ternura, el Papa Francisco ha afirmado en su homilía que «en esta noche, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús». En un tono muy intimista y personal, el Santo Padre añadió que «la Navidad nos recuerda que Dios sigue amando a cada hombre, incluso al peor. A mí, a ti, a cada uno de nosotros».

Francisco ha dado comienzo a la ceremonia besando la imagen del Niño Jesús, que permaneció toda la misa en primera fila ante los fieles.

En una homilía muy meditada y directa, el Papa ha asegurado que «Dios no te ama porque piensas correctamente y te comportas bien; Él te ama y basta. Su amor es incondicional, no depende de ti. Puede que tengas ideas equivocadas, que hayas hecho de las tuyas; sin embargo, el Señor no deja de amarte».

Saliendo al paso de un error espiritual frecuente, Francisco ha planteado una pregunta: «¿Cuántas veces pensamos que Dios es bueno si nosotros somos buenos, y que nos castiga si somos malos?». Y ha dado la respuesta: «No es así. Aun en nuestros pecados continúa amándonos. Su amor no cambia, no es quisquilloso; es fiel, es paciente».

La Navidad es para todos -los buenos y los malos-, como se nota en los primeros que recibieron la noticia, pues «en aquellos pastores, que ciertamente no eran santos, también estamos nosotros, con nuestras flaquezas y debilidades. Así como los llamó a ellos, Dios también nos llama a nosotros, porque nos ama».

Saliendo al paso de un negativismo difuso, el Papa ha invitado a «poner nuestra mirada en el Niño» y dejarnos «envolver por su ternura». De ese modo «ya no tendremos más excusas para no dejarnos amar por Él. Lo que sale mal en la vida, lo que no funciona en la Iglesia, lo que no va bien en el mundo ya no será una justificación».

Según Francisco, convertirse y darse a los demás «es la mejor manera de cambiar el mundo. Cambiamos nosotros, cambia la Iglesia y cambia la historia cuando comenzamos no por querer cambiar a los demás sino a nosotros mismos, haciendo de nuestra vida un don».

Para ayudar a superar los perfeccionismos que paralizan y amargan, el Papa ha insistido en que Jesús «no esperó a que fuéramos buenos para amarnos, sino que se dio a nosotros gratuitamente. Tampoco nosotros podemos esperar a que el prójimo cambie para hacerle el bien, a que la Iglesia sea perfecta para amarla, a que los demás nos tengan consideración para servirlos. Empecemos nosotros». ABC 

 

Papa Francisco: «En esta noche, el amor de Dios se ha mostrado a nosotros: es Jesús»